
La música será un elemento persistente y siempre 
dando el contrapeso a la imágen oscura y pesada. 
Tendrá un tono más alegre, de juego y aventura, 
con algo de misterio y momentos de acción. La 
música entonces, como gran herramienta de evo-
cación sentimental, será una extensión o subraya-
do de la subjetividad de los personajes. 
Estará inspirada en la sonoridad del disco Gold-
wings del grupo uruguayo OPA (escuchar un 
ejemplo aquí) donde se combinan elementos del 
funk y disco (ampliamente utilizados en las come-
dias Buddy-Cops norteamericanas) que dan una 
base energética y aventurera, con ritmos de can-
dombe característicos de Uruguay pero principal-
mente Montevideo. Completando así la definición 
del mundo como un lugar estancado en el pasado 
y al mismo tiempo muy montevideano.
El ambiente sonoro describirá una ciudad que de 
día está viva y en movimiento, pero en las noches 
se vacía y se decae en tierra de nadie. El sonido di-
ferenciará también al underground como un lugar 
pesado, oscuro y peligroso, y al afuera, el “mundo 
real”, como un lugar de tranquilidad y donde se 
puede respirar aire fresco.
https://open.spotify.com/intl-es/album/2xCPpaygS77Kui44LYBwsl?si=EdPbugfVTjyytHoe7PwlVQ
Carlos es un joven fotógrafo de eventos, torpe, 
pero entusiasta, que carga consigo siempre la 
vieja cámara que le regaló su abuelo y una mochi-
la llena de sueños de grandeza. Una noche se 
adentra en un barrio peligroso, donde la droga “λ” 
es más popular que el fútbol, para tirar las cenizas 
de su abuelo bajo un puente. Justo cuando está 
por decir unas palabras frente a cámara y verter 
las cenizas al río, sin querer, filma a unos matones 
arrojando un cuerpo desde el puente. Estos, a 
quienes bautiza como Timón y Pumba, lo descu-
bren y lo persiguen a tiros. Carlos logra escapar 
milagrosamente, pero la cámara se rompe.
De vuelta en casa, Carlos ve en la televisión a Bor-
dero, un político luchador contra la droga “λ”. Sin 
embargo, su tranquilidad dura poco. Ángel, un es-
pañol armado y misterioso, le roba la cámara rota, 
dejando a Carlos con más preguntas que respues-
tas. Determinado a recuperar la cámara de su 
abuelo y convencido de que esto puede ser el co-
mienzo de un gran documental, Carlos decide 
seguir a Ángel hasta a una tienda de electrónica. 
Allí, descubre que fue a ver a su hija Natalia, hábil 
en el uso de tecnologías, por su otro hijo, Martín, 
el policía, a quien sepultaron ayer. Ángel fue al 
puente en la noche para ver dónde él saltó, pero 
luego de lo que vio, está convencido de que su hijo 
no se suicidó allí, sino que fue asesinado. Pero Na-
talia no quiere involucrarse en esta investigación, 
ni en nada con su padre, a quien no le ve hace 20 
años desde que se vinieron a Uruguay, entonces 
Ángel se retira dolido y derrotado. Carlos le pide 
una cámara prestada a Natalia y ella le da una es-
pecial a cambio de que él siga a Ángel a donde 
sea que vaya.
Ángel va a hablar con Bordero, ex-Jefe de policía 
de Montevideo convertido en político, y Carlos lo 
persigue.  Bordero  prepara  su  evento  de  fin  de 
campaña, pero al conocer al padre de Martín, a 
quien le tenía mucho aprecio, acepta ayudarlo. 
Bordero dice también reconocer a Carlos; sin em-
bargo, Ángel no le da importancia, porque está 
viendo en las TVs del lugar las noticias que repor-
tan sobre un grupo de hackers que están expo-
niendo a policías corruptos en redes sociales. 
Bordero les da una pista que podría poner precio 
a sus cabezas. Martín investigaba casos que la 
policía no se atrevía a tocar, y toda la evidencia 
está escondida en un maletín rojo. Si logran en-
contrar el maletín, encontrarán a los asesinos de 
Martín.
Carlos y Ángel forman un improbable dúo: uno es 
un cineasta torpe con sueños de grandeza, y el 
otro es un detective español con cara de pocos 
amigos. Comienzan visitando la casa de Martín, 
pero para su sorpresa, fue completamente des-
truida por un incendio hace dos noches. Se apare-
ce en la escena Mariano, un policía enviado perso-
nalmente por Bordero para ayudarles en la inves-
tigación. Mariano les trajo la mochila de Martín en 
la que encuentran objetos personales, fotos, una 
tarjeta de acceso escondida, de la que no saben 
qué puerta abre, y un posavasos del Bar Diablo 
Viejo, con un mensaje escrito a mano alzada 
“Salgo a las 2”.
Visitan el Bar y el plan es observar y recolectar in-
formación sin llamar la atención. Pero Carlos, que 
comienza a saborear con codicia el material para 
su documental, nombra al difunto policía, y el 
barman y el cocinero del lugar los atacan. Tras 
golpes y corridas llegan los cuatro a un Mexican 
Standoff hasta que aparece Rafaela, la dueña del 
bar, ex narco convertida en religiosa. Es evidente 
que ella sabe de Martín y esconde algo, pero 
Carlos y Ángel logran escapar por poco y prome-
ten volver por más.
Buscan a la viuda del hombre que Carlos vio 
morir, trabajadora de un centro de rehabilitación 
para adictos, y descubren que el muerto trabaja-
ba en una heladería: la misma que se ve en una de 
las fotos de Martín, donde también está Bordero. 
Entran por la noche a la heladería y, sorpresa, la 
tarjeta de acceso de Martín abre las puertas, y es 
fachada de un laboratorio clandestino de “λ”. 
Carlos, emocionado por el giro dramático de su 
documental,  insiste  en  filmar  todo,  incluso 
cuando Ángel está a punto de perder la cordura. 
En medio del caos, Timón y Pumba entran al labo-
ratorio y se llevan bolsas de dinero que dicen usar 
para atar cabos. 
Carlos y Ángel los persiguen en la noche hasta un 
galpón de distribución, y observan mientras des-
cargan pastillas “λ” de un camión, pero son vistos 
por los guardias que ya han alertado a la policía. El 
tiroteo con la policía y los matones se convierte en 
un circo de balas perdidas y son las mejores esce-
nas de acción que Carlos ha podido filmar. Ángel, 
protege a Carlos de la balacera, consumido por la 
culpa de haber abandonado a su hijo, mientras 
que Carlos vive su sueño hecho realidad, incluso 
cuando su imprudencia casi le cuesta la vida a 
Ángel.
Prófugos de la policía y los narcos, descubren que 
la casa de Carlos fue saqueada y Natalia quiere 
desaparecer. Los están siguiendo. Pero es ahí 
cuando Ángel, observando con atención las fotos 
de Martín, descubre el secreto de Rafaela: eran 
pareja. De vuelta en el bar de Rafaela, ella les ex-
plica que el maletín rojo no existe y es una trampa, 
un rumor que inventó Martín para descubrir a poli-
cías corruptos. En ese momento la policía allana 
el bar y los arresta a todos.
Encerrados en una comisaría, Ángel quiere olvi-
darse de todo y volver a España. Está poniendo en 
peligro a su hija y a Carlos, pero Carlos no se 
quiere rendir y le cuenta por qué Bordero lo reco-
noció antes: hace unos años filmó sin querer a los 
asesinos de su abuelo y las noticias lo nombraron 
el Héroe Barrial. Terminando el documental, 
pueden recordarle a este mundo adormecido, 
cómo los poderosos siempre abusan de los más 
desprotegidos. Pero aparece el influyente y caris-
mático Bordero y se los lleva.
Ya es de noche y Bordero los trajo al puente para 
matarlos. Pero Carlos y Ángel tienen una ventaja: 
Bordero necesita saber del maletín y cree que 
ellos saben. Natalia corta la luz y Ángel y Carlos 
saltan hacia el río, donde son rescatados por unos 
jóvenes desconocidos. Bordero pierde los estri-
bos, mata a Pumba y escapa del puente cuando 
los vecinos comienzan a alertarse. 
L
Natalia lleva a Ángel y Carlos, a donde trabaja su 
grupo de activistas hackers que buscan exponer 
la corrupción policial y política. Ella quiere recon-
ciliarse; sin embargo, Ángel, está cegado por la 
venganza. Deben actuar antes de que Bordero 
sea elegido intendente, porque ahí se volverá into-
cable. Pero discuten en la forma de capturarlo y 
siguen por caminos separados.
Carlos y Ángel unen fuerzas con Rafaela para in-
tentar atrapar a Bordero durante el evento de 
cierre de campaña en un hotel de lujo. Tras en-
cuentros y desencuentros con Natalia y su grupo, 
que también están buscando atrapar a Bordero, 
Carlos logra filmar una confesión, pero  Bordero 
es escurridizo y logra llegar hasta el techo del 
hotel. Tras un descuido de Carlos, Bordero lo 
arroja desde el techo. Milagrosamente, Carlos so-
brevive al caer en el jacuzzi de un balcón, y Ángel, 
en un duelo final, decide no matar a Bordero, op-
tando por la justicia en lugar de la venganza. Pero 
Bordero aprovecha para dar vuelta el tablero y, 
cuando está a punto de disparar mortalmente a 
Ángel, Carlos lo noquea golpeándolo con la 
cámara,  destruyendo  todo  el  material  filmado. 
Para suerte de todos, la cámara especial que Na-
talia le dio a Carlos estuvo transmitiendo todo lo 
que filmaba en las pantallas gigantes del evento.
Meses después, el documental de Carlos se es-
trena sin éxito alguno. Carlos encontró una nueva 
familia en Ángel y Natalia que se han reconciliado, 
pero nadie está contento, porque Bordero, conti-
núa libre y poderoso.